De todos
es bien conocida, la debilidad que tiene nuestro compañero de aventuras nocturnas por
las siembras, frutales, viñedos y demás cultivos estivales.Es precisamente en estas
fechas, cuando el campo apenas regala nada, que el jabalí encuentra en las
tierras de labor su sustento durante estos meses tan duros, y al hacerlo, entra
en conflicto con los intereses de los agricultores, que ven como sus cosechas,
aquellas que necesitan para el sustento de su ganado doméstico durante los
meses de invierno, son en muchos casos literalmente machacadas por estos
animales.
Es aquí
precisamente, cuando cobra protagonismo la caza del jabalí en aguardo por
daños, siendo ésta, la única forma disuasoria y efectiva para alejar al jabalí de
las cosechas, pues por muchos “trastos” que se pongan, siempre acaban entrando.
Bien es
cierto, que es una modalidad de caza no exenta de polémica, pues en muchas ocasiones
se abaten hembras y jabalíes jóvenes, pero siempre hemos de tener presente el
fin último de estos permisos.
Jabalí dentro de la avena. |
Llegados a
este punto, sí hay que matizar, que al igual que no hay dos jornadas de caza iguales,
tampoco hay dos cazadores iguales, y por tanto, debe ser tarea de cada cazador,
el saber elegir la pieza con la responsabilidad que ello conlleva.
Actualmente,
el 85% de la superficie de la región, está declarada como coto de caza en alguna
de sus figuras. La que engloba la
mayoría de licencias de nuestra comunidad extremeña y la que posee mayor
superficie, son las sociedades locales de cazadores con 1.650.000 hectáreas. Si
a esto le sumamos las especiales características que suelen tener, con gran
variedad de hábitats y cultivos, tenemos la fórmula perfecta para que los permisos
por daños estén muy presentes en estos cotos.
Este tipo de autorizaciones,
sólo se conceden tras solicitud del titular del coto, en la que hay que
reflejar los polígonos y parcelas afectados por los daños, además del pago de la
tasa correspondiente. Pasado un tiempo, se personará el Agente de medio
Ambiente a ver los cultivos afectados, enviando a la administración informe
positivo que concederá el permiso con las limitaciones que se den en su caso.
En mi
opinión, esta es la gran “tara” de este tipo de permisos, pues desde que se
hace efectiva la solicitud hasta que te llegan las autorizaciones, pasan
fácilmente casi dos meses y cuando lo hacen, los cultivos están ya arrasados.
Jabalíes abatidos en espera nocturna por daños en viñedo. |
En este
sentido, directivos de AEXA, en una de las reuniones que esta reciente
asociación ha tenido con el Jefe del Servicio de caza, D. Antonio García Lucas,
le ha podido trasmitir su pesar por esta situación, animando a la búsqueda de
soluciones para acortar estos plazos que a todas luces son excesivos.
Así las cosas, parece
ser que en cotos donde se vengan observando daños en varias temporadas consecutivas,
estos plazos se podrán reducir significativamente, lo que sin duda, hará más
eficaz la labor de los permisos, que no es otra que paliar en la medida de lo
posible los daños producidos por los jabalíes en los cultivos.
Creo que es necesaria la colaboración conjunta de Administración, cazadores y agricultores para poder frenar en su época estos destrozos, sin duda, éstos últimos y demás personas que viven del campo nos lo agradecerán.
Miguel López
Secretario AEXA
Presidente Sociedad Local de Cazadores de Valverde del Fresno
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